El DANE dice que tiene 533.000 habitantes pero en un censo casero, allí contaron un millón. La ciudad sería una de las cinco más pobladas del país. Es un caso único de explosión demográfica, detonada por Bogotá, que los tiene al borde del colapso. Antes de entrar a la ciudad, el río Bogotá está vivo. Cerca al Club Pueblo Viejo, donde comienza su tránsito por la capital, todavía se puede pescar. Pero en su recorrido recibe los desechos de 8 millones de personas y para cuando entra a Soacha, llega muerto, sin oxígeno y en el nivel VIII de contaminación, el peor posible, el que indica que sus aguas son casi tóxicas. Esa imagen está cargada con algo de la esencia de esa relación entre la capital y el pueblo que creció a su sombra sin estar preparado, como un niño que se vuelve adulto sin pasar por la adolescencia. Y esa influencia, ese flujo entre Bogotá y Soacha, tiene a esa población a punto de desbordarse. La rutina casi sagrada del burócrata se rompió para los 700 funcionar...